viernes, 5 de junio de 2009

La Educación para la Transformación Social, una Experiencia de Fe y Alegría


Preámbulo

¿Se puede liderar a través de la educación? ¿Es posible generar transformaciones en la sociedad a través de la acción pedagógica? ¿Cuál es el rol de un líder educativo en la Venezuela actual? El presente ensayo tiene como finalidad abordar el liderazgo transformacional en el ámbito de la educación, iniciando con consideraciones generales sobre su importancia, para seguidamente narrar el caso de un Proyecto de Paz impulsado por una escuela de Fe y Alegría, en el que su labor pedagógica trascendió al ámbito comunitario con el objetivo de propiciar cambios en la sociedad, para finalmente concluir exponiendo cuál es mi participación en el mismo, y cómo puedo potenciar la acción de dicha institución en mi condición de estudiante de Derecho.

La Educación ¿Estrategia para la Transformación Social?

La educación tiene como fin principal el que todos los seres humanos, sin exclusión, puedan alcanzar el pleno desarrollo de su personalidad, mecanismo insustituible para la formación de verdaderos ciudadanos responsables y autónomos capaces de participar activamente en la construcción y en la transformación de una sociedad verdaderamente democrática; proyectando y haciendo posible un mundo más vivible, más solidario y más justo. (González, 2001) La educación es la vía expedita para que el ser humano obtenga su plena libertad.

Dicho concepto parece a primera vista inalcanzable en un país que transita por una coyuntura política y social caracterizada por la violencia, la pobreza extrema, la polarización, el deterioro de sus instituciones gubernamentales; esto, unido a un gravísimo “déficit de socialización”, (González, 2001) en el que la familia por múltiples factores se ve impedida de transmitir cabalmente una formación moral y sensibilidad ética al individuo. Ahora bien, en vista de la gran brecha existente entre el fin educativo y la realidad, cabe preguntarse ¿Es posible generar transformaciones en la sociedad a través de la educación? ¿Cuál es el rol de un líder educativo en la Venezuela actual?

El liderazgo en la educación, debe partir de una convicción en el concepto de la posibilidad, en el sentido de reconocer que si bien la educación no puede todo, sí puede algo, que con valentía, como lo señala Paulo Freire, se pueden crear “disposiciones democráticas a través de las cuales la persona sustituya hábitos antiguos y culturales de pasividad por nuevos hábitos de participación e injerencia.” La función de todo educador tiene, pues, una dimensión eminentemente política, pues se trata de un acto de conocimiento no sólo de contenidos sino de las razones de ser de los hechos económicos, sociales, políticos, ideológicos, históricos.

Se trata de hacer descubrir al educando el gusto de la libertad de espíritu, esa voluntad de resolver los problemas de conjunto, ese sentimiento de ser responsables del mundo y de su destino, esa honestidad radical que no transa con el engaño y la corrupción que hacen a los hombres en definitiva auténticos, ello sin proselitismos, sin adoctrinamientos, abriéndoles a todos la posibilidad de una confrontación racional que redunde en la formación cabal del individuo. La opción política que la educación exige es, por tanto, tomar partido frente a la realidad social, es no quedar indiferentes; hacer política es, tomar partido por la justicia, la libertad, la ética, el bien común.

Para ejercer esta función, el líder educativo debe asumir la compleja realidad, y no dejarse tentar por la desmoralización y el abandono, sobre todo cuando se es testigo directo de la pasividad real, o de la ineficacia, con la que reaccionan frente a ella, las instituciones y las personas que tienen en sus manos, la solución, si no total, al menos parcial del conflicto. Por el contrario, para la formación de ciudadanos integrales se debe trabajar por la potenciación del desarrollo y la erradicación de la pobreza, asumiendo su labor con gran realismo y a la vez, con una actitud seria y responsablemente esperanzada. Un ejemplo concreto de la combinación del manejo de la realidad y la ética de la esperanza en la acción educativa, son las escuelas de Fe y Alegría. Fundado hace ya más de 50 años, el movimiento se autodefine como de Educación Popular, entendiéndose por “popular”, aquella educación dirigida a los pobres, a todos aquellos que están marginados del poder político, económico y social.

Fe y Alegría como movimiento de Educación Popular Integral de acuerdo a su Ideario Internacional tiene como objetivo el “promover la formación de hombres y mujeres nuevos, conscientes de sus potencialidades y de la realidad que los rodea, abiertos a la trascendencia, agentes de cambio y protagonistas de su propio desarrollo.”

Tiene pues, como intencionalidad el efecto político del empoderamiento de la persona, para que ésta pueda transformar su mundo marcado por las injusticias, el desequilibrio y la desigualdad; el movimiento sostiene que la solución a la pobreza no proviene de las Iglesias, ni de los gobiernos, ni de la globalización; “viene únicamente de la fuerza de los mismos pobres que se levantan.” No unos pobres sumidos en la ignorancia, resignados y sin capacidades, sino por el contrario, personas que puedan desarrollar sus capacidades, como única garantía de libertad y de justicia.

Una Escuela de Fe y Alegría Lidera Transformaciones Comunitarias

La Unidad Educativa Colegio “Luisa Cáceres de Arismendi”, de Fe y Alegría, ubicada en la parroquia Miguel Peña de la ciudad de Valencia, concretamente en la urbanización popular “Fundación Mendoza”, se encuentra al servicio de comunidades que viven en circunstancias particulares: problemas de transporte, pobreza crítica, desarticulación familiar, desempleo, vivienda y alimentación precaria, violencia, tráfico de drogas, alcoholismo. Dicha institución, ante una escalada de violencia escolar y comunitaria, se vio en la necesidad de impulsar un Proyecto de Paz y Justicia Escolar, que enmarcado dentro de la filosofía de Fe y Alegría constituye un claro ejemplo de cómo a través del liderazgo, un centro educativo puede generar transformaciones sustanciales en una comunidad.

Situación Problemática

En el sector donde se encuentra ubicado la U.E Colegio “Luisa Cáceres de Arismendi”, existen tres centros educativos de gran importancia, que protagonizaron a inicios del año 2007 sucesos de violencia colectiva de tal magnitud, que conllevaron a la suspensión temporal de sus actividades. La solución que se planteó inicialmente fue recurrir a las autoridades policiales, pero los focos perturbadores fueron disueltos con más violencia. Cabe destacar que dichos hechos no fueron en muchos casos espontáneos, sino que formaban parte de un plan desestabilizador.

Los niveles de violencia llegaron a su punto más alto el 16 de marzo de 2007, cuando una turba de adolescentes provenientes de liceos cercanos, derribaron el portón metálico que da acceso al Liceo Bolivariano Bartolomé Olivier, lindero oeste de la U.E de Fe y Alegría Colegio “Luisa Cáceres de Arismendi”. Este episodio, concluyó en la entrada compulsiva de estudiantes a dicho plantel, amenazando con bombas lacrimógenas, botellas y piedras al personal y alumnos, ocasionando destrozos en la infraestructura. Algunos escolares provenientes del liceo Bartolomé Oliver, en la búsqueda de proteger su integridad física, ante la violencia desbordada, treparon los muros del colegio y pasaron al interior buscando resguardo; estaban asustados y plantearon la posibilidad de que podía pasar lo mismo donde estaban refugiados. Ante esta situación, el equipo directivo de dicho centro de Fe y Alegría emprendió la evacuación inmediata de los 1300 niños y adolescentes que conforman la población escolar, con el apoyo de la comunidad educativa. Seguidamente, se procedió a informar de lo ocurrido a las autoridades educativas (Zona Educativa de Carabobo, Municipio Escolar, Zona Central de Fe y Alegría), y se tomó la decisión de suspender actividades escolares hasta garantizar la seguridad e integridad física de la comunidad escolar.

Tras analizar los sucesos, en la directiva de esta institución de Fe y Alegría surgieron las siguientes interrogantes: ¿Por qué hasta la fecha, los distintos centros educativos no han unido esfuerzos para atender los hechos de violencia escolar?, ¿Cómo pueden generarse espacios para la convivencia, la tolerancia, reflexión y ayuda mutua que permitan construir un clima de paz y de esa manera combatir los hechos de violencia de una forma más efectiva?

Solución Integradora ante la Inminente Amenaza

Los acontecimientos descritos motivaron al equipo directivo a organizar una mega asamblea con la participación de diversos entes que consideraban, podían aportar soluciones: Zona Educativa de Carabobo, Municipio Escolar 14.6, Zona Central de Fe y Alegría, Consejo de Protección del Niño y Adolescente, Consejo de Derecho de los Niños y Adolescente, Policía de Carabobo, Policía Municipal de Valencia, Guardia Nacional, Comisión de los Derechos Humanos, medios de comunicación regional, directivos y docentes de los centros educativos del sector, padres, madres y estudiantes de los liceos involucrados, Asociación de Vecinos, Párroco y miembros de la comunidad. La asamblea se realizó en las instalaciones del centro, y contó con una asistencia masiva.

Al finalizar, se puntualizaron una serie de acciones a tomar para garantizar el reinicio de las actividades escolares entre las cuales se encontraba: la presencia permanente de patrullaje policial y efectivos apostados en los liceos del sector, la formación de equipos de seguridad integrados por representantes para la custodia de los planteles, la identificación de los adolescentes y jóvenes que participaron en los hechos de violencia a fin de canalizar los procedimientos ante el Ministerio Público y el Consejo de Protección de Niños y Adolescentes. Este evento marca el inicio de un proceso en el que el Colegio “Luisa Cáceres de Arismendi, apoyado por una gran red institucional, emerge como un agente mediador e integrador en el conflicto comunitario; promoviendo la participación activa en la discusión de la problemática, la unificación de criterios, el trabajo en equipo, y el comienzo de la integración de todos los afectados por la situación.

Profundización de la Respuesta. Inicio de la Acción Pedagógica

“El tratamiento solo del aspecto legal y administrativo resultaba insuficiente, había que emprender desde el plantel, una acción pedagógica hacia la comunidad, que generara los cambios sociales necesarios.” (María Victoria de Ríos, directora de la institución). En perfecta sintonía con la finalidad educativa y la filosofía optimista de Fe y Alegría, se plantea entonces a la educación como estrategia para el logro las transformaciones requeridas: la estimulación de la capacidad asociativa comunitaria, y la instrucción y posterior instauración de mecanismos alternos de resolución de conflictos.

En este sentido, las primeras acciones consistieron en la organización de actividades que potenciaran la convivencia como medio de garantizar un clima de paz. Se promovió la cercanía con las instituciones educativas vecinas por medio de la labor social, ejemplo de ello fue que los estudiantes del técnico industrial del “Luisa Cáceres de Arismendi” de Fe y Alegría ayudaron a restaurar instalaciones eléctricas, puertas y rejas, de las instituciones afectadas. También se llevaron a cabo intercambios deportivos y actividades culturales que invitaban a la integración, al respeto en la diversidad, a la aceptación de las diferencias y a la valoración de la cultura.

Asimismo, se propició un acercamiento con la Policía de Carabobo, cuando representantes del Modulo Canaima, aledaño al centro, acostumbrados a acciones coactivas para contrarrestar la violencia; manifestaron sentirse extrañados por la preocupación y la orientación brindada por Fe y Alegría a los alumnos que por diversas causas eran detenidos. Dicha experiencia, llamó la atención de los encargados de la Prevención al Delito del estado Carabobo, quienes se mostraron interesados en transmitirla a comandantes de otros módulos.

Progresivamente, los diversos espacios de encuentro hicieron posible la materialización de reuniones periódicas bajo la premisa “La Paz es Compromiso de Todos”, en las que participan de forma integrada: siete instituciones educativas del sector, representantes de consejos comunales de los sectores aledaños, policías, parroquia eclesial, prefectos, vecinos, estudiantes, representantes, docentes, comerciantes, autoridades educativas, entre otros. En estos encuentros se reflexiona sobre la violencia como un problema común, y cómo puede ser contrarrestada por medio de acciones concretas en cada uno de los ámbitos en los que se desempeñan los distintos actores. Para ello, continuando su acción pedagógica, Fe y Alegría impartió orientaciones para la ejecución de las acciones, con el propósito de trazar objetivos concretos, definir responsables, establecer lapsos para su implementación y su posterior evaluación, para de esa manera, ir adecuando continuamente la estrategia que permitan la solución del problema de manera exitosa.

Sin embargo, la falta de identificación de actores principales con el proyecto, la renuencia de ciertos entes a participar en virtud de la polarización política, la deserción escolar, la falta de respeto por la autoridad e indiscutiblemente los escasos recursos económicos, son factores que limitan la consecución de los cambios.

Alianza con la Universidad de Carabobo. Participación Personal

En materia de resolución de conflictos internos, la U.E “Luisa Cáceres de Arismendi” emplea el método de la conciliación, sin embargo han manifestado necesitar asesoría jurídica para implementar medios alternos que permitan un manejo del conflicto más efectivo. Consciente de ello y contando con un diagnóstico de la problemática, conformé un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Carabobo, quienes presentamos al centro un Proyecto de Asistencia Jurídica, que esperamos potencie el impacto de las acciones que se encuentra implementando dicho centro de Fe y Alegría en materia de justicia y la Paz Comunitaria.

El proyecto, plantea dos líneas de acción, la primera consiste en la discusión y redacción de un acuerdo de convivencia escolar con la participación de todos los sectores involucrados de la comunidad educativa, su posterior aprobación y democratización. Este manual proporcionará a los distintos docentes y al personal directivo, una normativa interna realizada a través de métodos democráticos, acorde con la legislación vigente en materia de Derechos del Niño y del Adolescente.

La segunda línea de acción contempla el desarrollo de una campaña de cultura de Paz, a través del acompañamiento en la constitución del Sistema de Justicia de Paz escolar como herramienta para potenciar la convivencia, el respeto, el desarrollo de la escucha, el pensamiento crítico, la valoración de la persona. Así como un ciclo de charlas que impartiremos sobre Derechos Humanos, deberes y derechos de niños y adolescentes, con especial énfasis en la responsabilidad penal. Se espera que con la ejecución de este plan se contribuya a la transformación de un ambiente escolar caracterizado por la anarquía, en uno en el que prive la democracia y la sana convivencia que permita impartir una educación de calidad para desarrollar en los estudiantes su potencial intelectual, emocional, físico y espiritual como seres integrales.

Actualmente la continuidad de la acción se ha visto entorpecida por los conflictos internos que ha experimentado la Universidad de Carabobo en los últimos meses, lo que ha impedido que el plan se formalice y constituya una de los proyectos de prestación del Servicio Comunitario, objetivo que como grupo nos planteamos lograr en las próximas semanas, para de esa manera institucionalizarlo y garantizarle continuidad. Sin embargo, la línea de acción 1 está siendo ejecutada, se han establecido mesas de trabajo para la discusión de la normativa y contamos con el apoyo de directivos de la Facultad así como el asesoramiento de distintos profesores expertos en el área de Derecho de Familia.

Conclusiones

La acción comunitaria llevada a cabo por esta institución representa un claro ejemplo de liderazgo transformacional. Su influencia, muy probablemente obedece a la imagen y el arraigo que tiene el movimiento de Fe y Alegría en la cultura venezolana; considero que sus facultades más resaltantes constituyen el claro conocimiento de la problemática comunitaria, el trabajo en redes, la insistente lucha por la participación todos los sectores de la comunidad y la creación de un sistema inteligente en el que cada una de las partes funciona y persigue un objetivo común.

La experiencia de Fe y Alegría, paralela a la vivencia de Lidera, ha dejado en mí profundos aprendizajes; primeramente el comprender que no se puede pensar ingenuamente que sólo la educación logrará la transformación del mundo y la plena vigencia de los derechos humanos, pero sí es una forma de intervenir el mundo. Que la esperanza es indispensable, que el cambio es posible “porque el mundo no es sino que está siendo permanentemente y, por lo tanto, se puede intervenir” y que el democratizar los espacios cotidianos, es indispensable para la construcción de la paz y consolidar en última instancia la democracia en la sociedad.

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